Los cargos medios o altos de las empresas apenas emplean un 8% de su tiempo en tareas de liderazgo y gestión de equipos, desperdiciando así más de un 90% de su jornada laboral en actividades burocráticas que no apoyan su capacidad y evolución como líderes, según un informe de la consultora Kaizen Institute.

Este hecho es una consecuencia del “principio de Peter”, una conducta que se produce durante los ascensos laborales. Esto sucede cuando todas las aspiraciones profesionales se ven colmadas y se promociona al empleado a un puesto de mayor relevancia que no es capaz de desempeñar de forma óptima.

“Este no es un problema exclusivo de España sino un mal endémico que afecta a la mayor parte de países del mundo de forma global y aunque es complicado lograr cambios, está comprobado que con acciones concretas se puede conseguir una promoción óptima de los líderes, mejorando sus capacidades, tiempo dedicado al liderazgo e impulsando en paralelo la productividad de los equipos”, señala Borja Iglesias, director de Operaciones de Kaizen Institute.

Por ello, es recomendable que el tiempo desperdiciado se emplee en tareas como el coaching directo a las personas o equipos para corregir, aconsejar y acompañar a los empleados, y así valorar que competencia tiene que desarrollar o mejorar cada uno e invertir tiempo en técnicas de resolución e identificación de problemas.

Un equipo motivado, con objetivos claros, puede lograr una productividad de entre un 5% y un 15% superior. «Si bien este incremento de la capacidad de trabajo no es exclusivamente atribuible al líder de equipo, éste juega un importante papel para apoyar estos logros», explica Iglesias.

¿Cómo evitar el Principio de Peter?

1. Descender de puesto
Un método para luchar contra el Principio de Peter consiste en disminuir el rango de los empleados ascendidos para que vuelvan a los niveles en los que eran competentes.

2. Formación contra la incompetencia
L
a formación es necesaria para que los ascensos sean fructíferos. Las empresas deberían invertir en formación para asegurarse que el puesto de responsabilidad está en manos de un empleado competente y apto.

3. Ruptura de la jerarquía empresarial tradicional
Aunque las estructuras jerárquicas siguen siendo de gran relevancia, cada vez es más frecuente que tiendan más a la horizontalidad que a la verticalidad, favorecidas por la implementación de las herramientas útiles de las nuevas tecnologías que facilitan el trabajo y la gestión y dirección de las empresas.

Si la jerarquía desapareciese, se acabaría el principio de incompetencia de Peter pues las tareas no se repartirían según los cargos sino según las aptitudes.

4. Periodos de prueba
Otra de las soluciones consiste en que la persona que sea promocionada se enfrente a un periodo de prueba, con el objetivo de averiguar si es óptima para desempeñar el nuevo puesto de trabajo o si, por el contrario, debería volver al puesto en el que era realmente competente.

Fuente: https://www.elempresario.com/noticias/economia/2018/08/09/los_directivos_desperdician_mas_del_tiempo_tareas_burocraticas_103678_1098.html

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